jueves, 1 de mayo de 2014

El último insulto de Ediciones Atlantis


Hoy me he levantado con mal pie, la razón, en el blog de Ediciones Atlantis, sí, esa editorial que por activa y por pasiva se ha empeñado en darme la paliza constantemente, he descubierto que se incita a sus escritores a ponerme verde, es más, alguno es tan poco inteligente que lo ha hecho. Aquí les dejo el post para que juzguen ustedes mismos y para brindarle a esta “persona” la atención que sin duda le falta, su minuto de gloria:

  
Andrés Vázquez Mariscal
No hay cosa menos exacta
No hay cosa menos exacta, como ocurre habitualmente, que la expresión de omnipotencia que muchos se atribuyen para pontificar, basándose en el ejercicio de la crítica sin tener ninguna capacidad ni razón argumental para ello. Creen estar en poder de una verdad indisputable y, con su imprudencia, ponen en jaque el honor y el destino de personas ajenas a sus desvaríos.
Muchos escritores, sobre todo los primerizos, pecan de soberbia. Creen que su obra merece un reconocimiento legítimo por su calidad literaria, argumento u otras razones, pero desconocen que quienes han apostado porque ese libro pueda ser leído, están arriesgando no sólo su prestigio editorial sino su propio peculio. Creen que la verdad se halla únicamente de su parte, tergiversan, manipulan, se enfadan y, sobre todo, hacen uso de una potestad inmerecida para verter entre los lectores infundios injustificados. Al no encontrar la respuesta que esperaban entre el público y desesperados por la tardanza en alcanzar el éxito, se enredan buscando en los demás justificación a su frustración.
Es el caso de cierta persona que ha llevado su delirio a plantear cuestiones falseadas con el único fin de discurrir la manera de hacerse notar. Las posibilidades de las nuevas tecnologías, Facebook, Twiter, etc., le permite vociferar denuestos en contra de quienes cree culpables de su fracaso. Sin notar que esta crisis que todos padecemos en menor o mayor medida, ha afectado de una manera determinante a la industria editorial. Ya no se editan libros con la alegría de antaño; se cierran las librerías de siempre, las de tu barrio; desaparecen los distribuidores dejando tras de ellos enormes deudas; nadie gasta su dinero en comprar libros ante necesidades más perentorias; la pequeñas editoriales sobreviven con inusitados esfuerzos, reduciendo personal y aportando los editores su patrimonio personal con el fin de mantener funcionando la sociedad por puro amor al arte.
Quienes han apostado por mantener contra viento y marea una de estas pequeñas editoriales, no lo hacen por afán de lucro, es por algo que llevan muy dentro: la pasión por los libros. Además, es menester partir de un principio general e incontestable; a saber, toda editorial es buena en tanto se ha comprometido a editar un texto y arriesgar su dinero en favor de un perfecto desconocido.
Pues bien, todo lo anterior viene a cuento por lo que creo que es un ataque injustificado contra una de estas editoriales de las que hablo, Ediciones Atlantis, por parte de un personaje surgido de la nada literaria y su grupo de corifeos. Me refiero a la señora Gala Romaní Margüenda, que desde su blog lanza diatribas alegando haber sido engañada y estafada. Sepa doña Gala Romaní que yo tengo media docena de libros en el mercado, los dos últimos de la misma editorial de la que usted tanto denuesta, y me encuentro plenamente satisfecho con la labor realizada por ellos; he aceptado hacerme cargo de cien ejemplares y, afortunadamente, tengo suficientes amigos para haberlos agotado incluso en el día de la presentación, ¿los tiene usted?; se me ha informado puntualmente de los ejemplares vendidos y se me han pagado las cantidades pactadas en la fecha acordada; he firmado en la Feria del Libro y estoy dispuesto a rogarles, de rodillas si es preciso, para que editen mis próximos libros.
Haga usted examen de conciencia y pregúntese si su obra no se vende por falta de promoción de la editorial o por su escaso valor literario. Luego, tenga la valentía de confesarlo y todos le estaremos eternamente agradecidos, incluso hasta es posible que compre su dichoso libro.

Ustedes dirán: “las opiniones son libres”, la verdad es que yo también lo pienso, pero en ningún caso debe hacer daño de forma gratuita, como la del Sr. Vázquez Mariscal.
Como veo que están empeñados en lavar una imagen que ellos mismos han ensuciado, basándose en suposiciones e insultos hacia mi persona, les voy a enseñar cómo tiene que ser una afirmación con un pequeño ejemplo para que esto no se haga eterno.
Cuando dije que Ediciones Atlantis me pirateaba, mis palabras venían acompañadas de pruebas documentales como estas:

Mensaje del propio Editor Jefe de Ediciones Atlantis desmintiendo el pirateo tras casi un año de rescindir contrato:

Soy J.D. Álvarez, editor de Ediciones Atlantis y veo, Gala, que has olvidado comentar en el blog que te llamé a casa hace tiempo para pedirte disculpas por algunos problemas que tuvo el libro. Por las molestias causadas te ofrecí publicar tu siguiente libro con una tirada mayor costeada íntegramente por mí y con mayor difusión. Como sabes, el distribuidor de zona, que no los demás, debió colocarlo un poco más, pero de todos modos, no hubo mucha gente en general que lo pidiera en librerías cuando salió a la venta. Además, no es cierto que usurpemos los derechos de autor. El libro se descatalogó, y los poquísimos ejemplares que quedaron en algunas librerías (no más de 7 libros) después de retirarlo del mercado, eran libros que en su día no se vendieron porque nadie los pidió, pero que más tarde, dos o tres personas, no hablamos de 1.000, sino de dos o tres ejemplares, puesto que esos libreros lo compraron, aunque en su día no se vendieran, ahora tienen derecho a venderlos porque son suyos puesto que los pagaron. Reitero, hablo de 7 libros, no son muchos más.

Documentación de la librería Elkar en la que me indican que el libro no está en stock y lo tienen que pedir a la editorial porque ellos NO TIENEN EJEMPLARES. Para ver el documento más grande hagan click en la imagen.










Estimado señor Vázquez Mariscal, le diré que mis libros, que son cuatro, se venden bastante bien, que casi apostaría a que me reportan bastantes más beneficios que los suyos porque están mejor posicionados en las listas de ventas, dado que aunque son menos, como todos sabemos, en un libro lo importante no es la cantidad, es la calidad.
Le ha faltado leerse alguno de mis “dichosos libros” para poder opinar sobre ellos o tratar de hablar conmigo para saber si soy la desequilibrada que usted expone o tengo más razón que un santo.
Yo tampoco he leído ninguna de sus novelas, por lo que no voy a opinar sobre su trabajo porque a eso se le llama “especulación”, y como habrá comprobado soy más dada a aportar pruebas de lo que digo que de lanzar opiniones gratuitas e infundadas a los cuatro vientos, es una cuestión de educación, supongo.
Espero que se haya ganado usted un jamón o un puesto en la Editorial Atlantis, que se lo ha currado mucho, no vaya a ser que haya puesto en entredicho su calidad como persona de esta forma tan ridícula e inconsciente sin sacar algo a cambio.
Pregúntese usted señor Vázquez Mariscal por qué si mi novela es tan mala se negaban a pagarme lo que me adeudaban, por qué seguían pirateándola dos años después si es verdad que no se vendía.
En conclusión, ha hecho usted el más absoluto de los ridículos cargando contra una compañera y, aunque a usted a todas luces no le ha supuesto ningún problema, a mí me cuesta ponerle en su sitio porque tengo conciencia, y en cierto sentido me ha dado usted mucha pena.